Lo Mejor de Cenar en Familia no es la Comida

Siempre he dicho que la comida es solo una excusa para atraer a mis hijos a la mesa.

Una buen platillo es sólo el imán que logra reunirnos y ya queda de nosotros sacarle el mayor partido a ese tiempo. 

Así como se cree que comer una manzana al día aleja las enfermedades, compartir una comida en familia ahuyenta a la depresión, reduce las conductas de alto riesgo en los adolescentes y fortalece la comunicación.
Esto esta más que comprobado.

La costumbre de cenar en familia

Se asocia con tasas más bajas de depresión y pensamientos suicidas.
Adicionalmente, levantan un escudo que aleja a los menores de la familia del consumo de drogas, alcohol, violencia y malas influencias.

Lo demuestran varios estudios, como el publicado por Journal of Nutrition Education and Behavior, donde participaron más de 5.000 adolescentes.

Compartir una suculenta pasta no significa que, mágicamente, mejoren las relaciones entre padres e hijos, el sentarnos a comer juntos de manera más frecuente, ayudará a lograr una conexión más sana entre los miembros de la familia.

Comer juntos creara un ambiente mas relajado

Fortalecerá ese lazo, que servirá a los hijos como herramienta para superar los obstáculos que se les presentaran a lo largo de sus vidas.

Del mismo modo, otros investigaciones han demostrado que los adolescentes que cenan frecuentemente con sus familias también tienen una visión más positiva del futuro, en comparación con sus compañeros que no lo hacen.

Beneficios de comer juntos

• Para los más pequeños de la familia, las conversaciones durante la hora de la comida ha resultado una estrategia muy positiva para aumentar su vocabulario.
  Mas efectiva aun que leerles cuentos en voz alta.
• En una encuesta de la firma Gallup, se preguntó a los adolescentes estadounidenses cuándo era más probable que hablaran con sus padres: la cena fue la respuesta más frecuentes.

  Los niños que cenan con sus padres experimentan menos estrés y tienen mejores herramientas para construir relaciones afectivas durante sus vidas.

• Por su lado, en Archives of Iranian Medicine, un grupo de investigadores describió la cena familiar como un «proxy de la conexión familiar», una que puede influir en la salud mental.

  De hecho, los niños de familias que cenaban juntas cinco o más veces por semana tenían menos probabilidades de padecer trastornos mentales y obesidad.

• Cuerpos saludables

  Es otro de los beneficios, por supuesto una cena acompañada de frutas, verduras, vitaminas y micronutrientes incentiva la formación de buenos hábitos que influirán, sin duda, en la formación de adultos sanos.
• Otro efecto positivo de las cenas familiares es que, cuanto más a menudo se realicen, los adolescentes informarán más a sus padres sobre lo que está sucediendo en sus vidas.
• Además, este simple hábito de convivencia familiar influye, como se ha demostrado, en que  jóvenes de 12 y 13 años formen una mayor autoestima y satisfacción con la vida.
• Comportamientos más confiables y útiles hacia los demás y mejores relaciones con sus padres
• Mejor vocabulario y rendimiento académico
• Menores tasas de embarazo adolescente y absentismo escolar.

• Aumento de la resistencia al estrés

Sobran las razones para hacer el esfuerzo de comer en familia.
Sin embargo, los horarios de las múltiples actividades constituyen un obstáculo para lograr establecer esta rutina. 

Pero nada que con planificación y enfoque no se pueda lograr.

Es un tema de prioridades, recuerda que ningún éxito en la vida, justifica el fracaso en la familia y la tuya vale la pena.

¡Tú y tu familia lo merecen!